Nintendo Switch 2 ha iniciado su andadura comercial con fuerza, pero también con fricciones. Uno de los puntos más discutidos es el uso de las game-key cards, tarjetas físicas que actúan como llaves de descarga digital. Ahora, el debate se intensifica tras conocerse que la Biblioteca Nacional de Japón ha declarado oficialmente que estas tarjetas no son válidas para la preservación cultural, al no contener el juego completo.
Según declaraciones recogidas por Famitsu, la institución considera que “sin contenido, no hay nada preservable”. Es decir, si la tarjeta no incluye el software íntegro, no puede archivarse como obra cultural. Este criterio pone en jaque uno de los modelos de distribución física más usados por third parties en Switch 2.
Un formato económico, pero con fecha de caducidad
Las game-key cards de Nintendo Switch 2 nacen como una solución más barata para editoras que no quieren asumir los costes de producir cartuchos de 64 GB. Pero esta ventaja económica tiene un alto precio: una vez caigan los servidores donde se aloja el contenido descargable, las tarjetas quedarán inservibles. Para coleccionistas o archivistas, eso las convierte en simples trozos de plástico sin valor ni funcionalidad.
El problema no es nuevo. Ya analizamos el riesgo de estas prácticas en nuestra reflexión sobre el declive del formato físico. La diferencia ahora es que una entidad de prestigio como la Biblioteca Nacional se ha posicionado con contundencia.
Consecuencias para Nintendo y las editoras third-party
La reacción no se ha hecho esperar. Editoras como SEGA ya han dado marcha atrás: Sonic Racing: CrossWorlds llegará a Switch 2 en formato físico completo, abandonando el sistema de tarjeta llave. Mientras tanto, Nintendo ha comenzado a lanzar encuestas a sus usuarios para recoger impresiones sobre el formato, en un intento por evaluar su futuro a medio plazo.
Y no es el único frente abierto. El anuncio de Star Wars Outlaws para Switch 2 en formato game-key card generó reacciones negativas inmediatas por parte de la comunidad. La idea de pagar por una edición física que en realidad depende de una descarga masiva ha encendido aún más el debate.
¿Alternativa digital? No siempre es la respuesta
Algunos jugadores, desencantados con este formato “falso físico”, han optado por las claves digitales como alternativa. Sin embargo, esta opción también plantea riesgos. Si estás considerando esta vía, te recomendamos consultar nuestra guía sobre si es seguro comprar claves digitales, donde exploramos los aspectos legales, técnicos y prácticos de este modelo de compra.
Parte del éxito de la primera Switch se cimentó en su sólido catálogo físico. Juegos como Breath of the Wild, Super Mario Odyssey o Animal Crossing: New Horizons podían disfrutarse directamente desde el cartucho, sin depender de servidores ni parches obligatorios. Por eso, muchos jugadores ven con escepticismo que Nintendo Switch 2 esté abrazando un modelo que dificulta la conservación y el disfrute a largo plazo.
Con el pronunciamiento de la Biblioteca Nacional de Japón, Nintendo y sus socios enfrentan una presión real para repensar su estrategia. Si quieren mantener la confianza de los usuarios y preservar su legado como hasta ahora, tendrán que ofrecer formatos que realmente se puedan conservar, jugar… y coleccionar.















