De la sobremesa al bolsillo: un cambio de hábitos inevitable
Durante años, el salón fue el “templo” del videojuego. Sin embargo, con la llegada de Nintendo Switch en 2017, el paradigma cambió: por primera vez, millones de jugadores podían continuar la misma partida en el televisor y en la cama. El éxito marcó el inicio de una era en la que la portabilidad dejó de ser una característica secundaria para convertirse en pilar de la experiencia.
Hoy, en 2025, consolas como Switch 2 y Steam Deck consolidan esa transición: dispositivos que permiten jugar títulos AAA en cualquier parte sin sacrificar demasiado rendimiento. La cultura de “jugar en el sofá” convive ahora con la cultura de “jugar en cualquier sitio”.
El videojuego portátil como reflejo de nuestro estilo de vida
Vivimos en un mundo acelerado. Reservar tres horas de televisor para una partida es complicado; en cambio, encadenar sesiones cortas en el transporte, en la pausa del café o en la cama antes de dormir es ya parte de la rutina. Las consolas portátiles encajan en esta nueva realidad: no se trata solo de potencia, sino de flexibilidad.
La industria ha respondido al estilo de vida móvil de los jugadores. Nintendo, Valve y otros fabricantes entienden que la portabilidad no es un lujo, sino una necesidad cultural. Accesorios como las baterías externas para Switch 2 evidencian que el hábito de jugar fuera de casa ha llegado para quedarse.
Portátil no significa renunciar a la calidad
Durante los tiempos de Game Boy o PSP, lo portátil equivalía a experiencias recortadas frente a la sobremesa. Hoy, esa diferencia casi se ha diluido. Juegos como The Witcher 3, Elden Ring o Baldur’s Gate 3 se disfrutan en portátiles sin perder demasiado detalle. Además, con docks y monitores externos, las consolas portátiles actuales pueden transformarse en sobremesas improvisadas.
El resultado es un ecosistema híbrido: la portabilidad ofrece inmediatez y adaptación, mientras que la sobremesa conserva su poder en lo audiovisual y lo inmersivo.
La sobremesa resiste: lo cultural frente a lo íntimo
Pese al auge de lo portátil, las consolas de salón siguen defendiendo un terreno único. La experiencia audiovisual en un televisor 4K con sonido envolvente no tiene sustituto directo. Reunirse con amigos para jugar en el mismo sofá, compartir pantalla y vivir la partida como espectáculo colectivo sigue siendo algo que la portátil difícilmente puede replicar.
Por eso, más que un reemplazo, el auge portátil es un complemento cultural. Lo portátil democratiza el acceso al juego diario; la sobremesa mantiene la grandeza de las experiencias épicas.
Qué elegir según tu perfil de jugador
- Cinéfilos de las narrativas: la PlayStation 5 sigue siendo el hogar ideal de las historias inmersivas y producciones de gran presupuesto.
- Jugadores que buscan cantidad y servicios: la Xbox Series X con Game Pass ofrece un catálogo masivo y accesible.
- Amantes de la portabilidad y sagas clásicas: Nintendo Switch 2, con accesorios dedicados como baterías externas, asegura continuidad y movilidad.
- Usuarios que quieren libertad total: PC Gaming y Steam Deck son la opción más flexible, donde mods, catálogos y personalización marcan la diferencia.
Opinión: el nuevo estándar cultural ya está aquí
En 2025, no se trata de elegir entre portátil o sobremesa, sino de entender cómo se complementan. Las portátiles se han convertido en la opción habitual, la que encaja con el día a día y se adapta al ritmo moderno. La sobremesa, en cambio, se reserva para lo excepcional y lo espectacular.
Si algo nos enseñan las consolas portátiles históricas, es que siempre fueron un reflejo de su tiempo. Hoy, ese reflejo nos dice que la portabilidad es más que una característica técnica: es un estándar cultural que define cómo vivimos y compartimos el videojuego.















