En los últimos años, hablar de Pokémon se ha convertido en sinónimo de polémica con los nuevos juegos en Nintendo Switch. Desde que Pokémon Let’s Go desembarcó en la consola híbrida, todo han sido cambios constantes en la fórmula jugable, pasando de lo más clásico hasta propuestas centradas en la exploración, como el caso de Leyendas Arceus o el mundo abierto de Escarlata y Púrpura. Leyendas Pokémon Z-A, la entrega que parece ser la última en Switch antes de dar paso a la nueva generación en exclusiva, reúne todos estos escenarios y mecánicas en un mismo espacio, y el resultado es tan adictivo como desconcertante durante las 30 horas que nos ha durado este título en su versión para Nintendo Switch 2.
Una sorprendente y emocionante historia
Con el hate desmedido (y en ocasiones merecido) que ha recibido Pokémon en los últimos años, pocos reparan en una de las mejoras más destacadas de la saga: la intención de ofrecer historias más profundas. Siempre dentro de esa simpleza que caracteriza a la franquicia, y que mantiene abierta la puerta de entrada para nuevos públicos.
Leyendas Z-A sitúa a Ciudad Luminalia, la más grande de Kalos, como un nuevo entorno donde conviven Pokémon en las áreas salvajes y los menos hostiles recorren las calles. Al caer la noche, puedes combatir contra entrenadores para subir de rango en los Juegos Z-A. Esta fórmula día/noche funciona francamente bien y siempre te ofrece algo que hacer. Pronto empiezas a notar que algo no va bien en la ciudad, con los Pokémon descontrolados. Los Juegos Z-A están bien planteados, pero tienen truco, y la progresión natural puede romperse al avanzar en la historia principal.
Ya vimos en Escarlata y Púrpura que algunas historias eran absolutamente conmovedoras, y en Leyendas Z-A ocurre lo mismo. Nos reencontramos con viejos conocidos que apelan a la nostalgia y amplían lo visto en Pokémon X e Y hace ya una década. Eso sí, la historia se vuelve realmente interesante pasadas las 10 horas. Hasta entonces, el juego es entretenido y adictivo, aunque corre el riesgo de volverse repetitivo. El verdadero enganche llega al descubrir las motivaciones reales de cada personaje, algo que, en nuestro caso, no ocurrió hasta el último tercio del juego.
Hay un punto (que no desvelaremos para evitar spoilers) en el que llegas a pensar que puedes elegir entre diferentes facciones. Pero nada más lejos de la realidad: el juego te obliga a seguir una única dirección, y la ilusión de tener poder de decisión se desvanece rápidamente.
El post-game costará 30 €
En juegos como Esmeralda o Platino, el post-game ofrecía horas de contenido adicional. En Leyendas Arceus, la experiencia real comenzaba tras los créditos, con un reto desafiante. En Ciudad Luminalia, esto no existe… a menos que pagues los 30 € del DLC, anunciado incluso antes del lanzamiento.
Y esto es algo que molesta. Ya lo vimos en títulos anteriores, pero entonces se anunciaba a posteriori. En este caso, sabíamos desde un mes antes que el post-game sería nulo, reducido a un sistema infinito de combates para conseguir recompensas y completar la Pokédex, de la que hablaremos más adelante.
Por su parte, las misiones secundarias pueden completarse durante la historia principal y no se amplían demasiado después. Aunque no son especialmente profundas, ofrecen recompensas interesantes, por lo que merece la pena completarlas.
¿El combate que soñábamos?
Recuerdo ver de niño los capítulos del anime de Pokémon, donde Ash ordenaba a su Pikachu moverse con precisión para esquivar ataques o atacar dos veces seguidas. Game Freak ha introducido aquí un sistema de combate novedoso basado en cooldowns, que te permite atacar según el tiempo de espera de cada movimiento. Es algo similar a lo visto en Xenoblade Chronicles, aunque con una capa de complejidad más reducida.
Y funciona, sí, pero también se percibe una pérdida importante de estrategia, clave en los JRPG. Si haces las secundarias, peleas con frecuencia y mantienes un equipo estable, llega un punto en el que derrotas a casi todos los Pokémon de un solo golpe, incluidos los combates para subir de rango. La estrategia, entonces, se diluye.
Si lo pienso, no me gustaría ver a la saga girar hacia este sistema de forma permanente, pero se agradece la frescura en este tipo de propuestas. Juegos como Expedition 33 siguen demostrando que el combate por turnos clásico sigue siendo una fórmula sólida si se trabaja con ganas y se piensa fríamente un buen sistema.
Pulido y casi sin bugs
Decir esto de un Pokémon en 2025 ya es una victoria. Después de Escarlata y Púrpura, donde tuve que obligarme a acabar el juego a pesar de los problemas técnicos, ver un título que no se rompe o donde el popping no arruina la experiencia, es motivo de celebración.
Eso no significa que estemos ante un portento gráfico. El apartado artístico es pobre, con animaciones poco cuidadas y escenarios planos. Aunque puede deberse a la optimización, con ejemplos como Breath of the Wild o Xenoblade Chronicles 3 en la misma consola, la excusa no convence. El popping sigue existiendo, aunque al menos no aparecen Pokémon a tu lado de forma abrupta. Sí se nota en la distancia, y puede romper un poco la inmersión. Aun así, Ciudad Luminalia, aunque pequeña, destaca por su diseño vertical y por ofrecer muchos rincones por explorar.
Algo digno de mención son los interiores. El Hotel Z-A, el Museo y el Café Lysson están cuidados al detalle. Justo lo que imaginaba cuando de pequeño jugaba a Pokémon Perla en la Nintendo DS y soñaba con verlo en 3D. Espacios bien diseñados que transmiten esa esencia clásica que tanto echábamos de menos.
El regreso de la Megaevolución
Si Pokémon Leyendas Z-A ha sido un éxito, gran parte se debe al regreso de la Megaevolución, posiblemente la mecánica más interesante que ha introducido la saga. Esta nueva entrega añade algunas nuevas megas que, sinceramente, no todas convencen. Sin embargo, hay casos como Mega Chandelure, Mega Scolipede o Mega Hawlucha que son auténticos aciertos. Otras, como Mega Starmie, decepcionan por completo.
Lo que sí funciona es la inclusión de una MegaDex, con el objetivo de recopilar todos los Pokémon y sus megapiedras. Esto nos motivó a completarla hasta el último ejemplar de Kalos. También ocurre con la Pokédex general: algo más de 200 Pokémon están disponibles durante la aventura. Un número bajo, considerando la vasta colección de la franquicia. Aun así, no abruma y, de hecho, alcanzar el 75 % de completitud es sencillo, lo que incentiva a seguir jugando hasta llegar al a veces complicado 100%.
¿El cambio de rumbo está aquí?
Reconozco que Pokémon necesita encontrar una nueva dirección. Es una saga que debe renovarse o morir. De todas las propuestas recientes, Leyendas Pokémon: Arceus sigue siendo la más convincente. Y, con el paso del tiempo, incluso recuerdo con cariño la linealidad de Espada y Escudo.
Pokémon debe reencontrarse con su esencia, con aquello que la hizo grande, para seguir siendo la franquicia de referencia que es. Estas nuevas experiencias entran dentro del ensayo/error, como ocurre con Final Fantasy. ¿Lo mejor? Que, a pesar de sus carencias gráficas o polémicas jugables, nadie puede negar que Leyendas Z-A es un juego divertido. Uno que te mantiene horas con la consola en mano, con ese deseo de atraparlos a todos una edición más.
Valoración final: 7/10
Lo mejor
- Una historia más interesante, que gana profundidad en su tramo final.
- Las megaevoluciones siguen siendo una mecánica excelente y bien integrada.
- La banda sonora es exquisita y acompaña perfectamente cada momento.
Lo peor
- Un apartado artístico pobre, con escenarios planos y poco detallados.
- Animaciones poco pulidas en momentos clave de la aventura.
- La pérdida de estrategia en el sistema de combate rompe el equilibrio.















