Rockstar afirma que los despidos fueron por filtrar información confidencial
En declaraciones recogidas por Bloomberg, un portavoz de la compañía explicó que la medida se tomó contra “un pequeño grupo de individuos que compartieron información confidencial en un foro público”. Según Rockstar, esta decisión “no tiene relación con el derecho de los empleados a afiliarse o participar en actividades sindicales”.
El estudio, propiedad de Take-Two Interactive, ha sido históricamente muy estricto con la seguridad interna, sobre todo desde la filtración de Grand Theft Auto VI en 2022. Desde entonces, las medidas de control se han endurecido, incluyendo la obligación de trabajar desde la oficina cinco días por semana impuesta en 2024.
El sindicato IWGB asegura que los trabajadores solo hablaban de sus derechos
El IWGB, que representa a los empleados de Rockstar en Reino Unido, sostiene una versión completamente opuesta. Según su presidente, Alex Marshall, los trabajadores despedidos “solo participaban en un chat privado de Discord con organizadores sindicales”. Marshall acusa a la compañía de “temer que su personal discuta en privado el ejercicio de sus derechos para lograr un entorno laboral más justo y una voz colectiva”.
En un comunicado, el sindicato calificó los despidos como “la maniobra antisindical más flagrante y despiadada en la historia de la industria del videojuego”, y aseguró que tomará “todas las medidas legales posibles para lograr la restitución de los empleados”. Puedes consultar las quejas previas de los empleados de Rockstar que ya adelantaban tensiones internas en los estudios.
Una situación que reabre el debate sobre los derechos laborales en los videojuegos
El conflicto llega en un momento delicado para la empresa, a tan solo siete meses del lanzamiento de Grand Theft Auto VI. La tensión interna se suma a otras polémicas recientes en la industria, como la compra de Electronic Arts por parte de fondos internacionales o la estrategia de Xbox bajo la dirección de Satya Nadella, que buscan redefinir la estructura corporativa del sector.
Expertos del sector consideran que el caso podría marcar un precedente en la relación entre las grandes editoras y los sindicatos de desarrolladores. En los últimos años, se ha producido un aumento significativo de la organización laboral en estudios de videojuegos de Reino Unido y Norteamérica, con el objetivo de frenar los excesos de jornadas y mejorar las condiciones de estabilidad laboral. Otras compañías, como Microsoft y Xbox, también han pasado por periodos de incertidumbre tras despidos masivos y cambios en su estructura interna.
En este contexto, las estrategias financieras y de márgenes de beneficio de los gigantes del videojuego se están volviendo cada vez más agresivas. Al mismo tiempo, otras empresas como Sony han optado por reestructurar sus estudios internos para mejorar la productividad, aunque también generando preocupación por el futuro laboral de sus equipos.
Por ahora, Rockstar Games no ha emitido más declaraciones sobre el tema, mientras que el sindicato IWGB insiste en que los trabajadores afectados seguirán luchando por su readmisión. Lo que está claro es que los despidos en Rockstar vuelven a poner sobre la mesa uno de los debates más espinosos del sector: ¿hasta qué punto puede una compañía proteger su confidencialidad sin vulnerar los derechos de sus empleados?














