La música no solo acompaña: define emociones, intensifica momentos y convierte lo jugable en algo inolvidable. A lo largo de la historia del medio, hay títulos cuya banda sonora se ha quedado grabada en la memoria colectiva gamer. Ya sea por su potencia orquestal, por lo pegajoso de sus melodías o por su capacidad de evocación, estos son ejemplos claros de la mejor música en videojuegos.
Aquí te traemos una selección representativa, sin orden estricto, que mezcla lo retro, lo actual y lo atemporal.
Las mejores bandas sonoras de videojuegos
The Legend of Zelda: Ocarina of Time
No hay lista de este tipo sin mencionar a Zelda. Koji Kondo firmó una obra maestra con partituras como Song of Storms, Zelda’s Lullaby o Gerudo Valley. Cada zona tenía su propio tema, reforzando la inmersión como pocos juegos han logrado.
La Ocarina, como instrumento jugable, no solo era una mecánica clave sino un canal para interactuar musicalmente con el mundo. Su música no solo ambientaba: era narrativa pura.
Final Fantasy VII
Nobuo Uematsu es uno de los compositores más influyentes de la historia del videojuego, y One-Winged Angel es posiblemente su pieza más icónica. Pero Final Fantasy VII está plagado de momentos musicales inolvidables: desde la melancólica Aerith’s Theme hasta el místico Prelude. En una época donde los chips de sonido eran limitados, Uematsu logró componer con alma y ambición cinematográfica, sentando un precedente para el RPG moderno.
Chrono Trigger
Pocas veces un videojuego logra transmitir tanto a través de sus temas musicales. Yasunori Mitsuda, junto con Uematsu, construyó un universo sonoro que acompañaba cada línea de diálogo y cada salto temporal. Temas como Corridors of Time o Schala’s Theme siguen despertando emociones fuertes. La música conectaba los distintos mundos temporales con una coherencia emocional impactante.
Journey
Journey es una experiencia breve pero profunda. Su música, compuesta por Austin Wintory, fue la primera banda sonora de videojuego nominada a un Grammy.
Minimalista, emocional, hipnótica. Cambia con tu progreso y con la interacción entre jugadores anónimos. Cada nota refuerza el simbolismo de la travesía y la conexión humana.
The Elder Scrolls V: Skyrim
Jeremy Soule firmó uno de los himnos más reconocibles del mundo gamer: Dragonborn. La banda sonora de Skyrim te transporta desde el primer segundo. Épica en cada nota, su música no solo da forma a las majestuosas montañas y cuevas de Tamriel, sino que te hace sentir como el héroe de una leyenda. Cada ciudad tiene un tema propio, cada combate una intensidad marcada por los coros nórdicos.
NieR: Automata
Keiichi Okabe logró en NieR: Automata una mezcla de drama, electrónica, coro y atmósfera futurista única. Su música no se limita a ambientar: plantea emociones complejas en un mundo decadente.
Canciones como Weight of the World se sienten como parte integral del desenlace narrativo. El soundtrack reacciona al entorno y cambia según el contexto, con capas dinámicas que evolucionan en tiempo real.
Persona 5
Funk, jazz, soul. La música de Persona 5 no solo acompaña, sino que define el estilo visual y jugable. Su compositor, Shoji Meguro, creó algo distinto a todo lo anterior.
Temas como Life Will Change o Beneath the Mask son pegajosos y sofisticados. La música es un elemento fundamental para la identidad del juego: refuerza su ritmo, su color y su actitud desafiante contra el sistema.
Red Dead Redemption 2
La música dinámica de este juego cambia con la situación del jugador, desde la calma al combate. A destacar el tema Unshaken, que se convirtió en himno no oficial del juego. Rockstar usó la música como parte del guion: en momentos clave, las letras de ciertas canciones refuerzan la introspección del protagonista. La ambientación sonora del Lejano Oeste, con sus banjos, armónicas y guitarras suaves, construye un mundo inmersivo.
Undertale
Con gráficos sencillos y un corazón enorme, Undertale sorprendió también en lo musical. Megalovania es ya un fenómeno de la cultura pop gamer, pero toda la banda sonora, compuesta por Toby Fox, está cargada de intención narrativa.
Cada personaje tiene su tema, cada combate una identidad sonora. La música está ligada a las elecciones morales del jugador y cambia según las rutas tomadas.
Hollow Knight
El indie de Team Cherry no solo destaca por su arte y jugabilidad: la música de Christopher Larkin le otorga una atmósfera melancólica y poética que define todo el viaje. La banda sonora tiene un aire de ópera oscura, con temas como City of Tears que reflejan la decadencia y belleza del mundo de Hallownest.













